Y hoy miras atrás y ves todo lo que has perdido con el tiempo, ves a toda esa gente que un día formo parte de tu vida y que hoy no está, ves miles de recuerdos que se amontonan en tu mente, y esa sensación de nostalgia en el corazón. Por un lado recuerdas aquellas amistades en las que el tiempo y el distanciamiento desgastaron aquel vínculo, te arrepientes de no haber luchado un poco más por seguir pero te das cuenta de que cada persona elige su camino y muchas veces ese camino hace que nos separemos. Por otro lado te acuerdas de las decepciones que te llevaste con esa gente que un día te prometió estar ahí para todo y de aquel siempre del que ya no queda ni los restos. También recuerdas que a veces fuiste tu quien se equivoco, que fuiste el que decepciono a aquella gente que tanto querías, y todavía te sientes culpable. Pero a pesar de las decepciones hay que reconocer que los recuerdos no se borran de un día para otro, que por mucho que queramos no podemos hacerlos desaparecer. Y aquellas cosas que antes parecían un mundo con el tiempo dejan de parecerte tan importantes. A veces, bueno para que mentirnos muchas veces añoras aquellos buenos momentos en los que no había problemas, añoras aquellas pequeñas cosas que cada persona te dio, pero en la mayoría de los casos jamás te atreverías a decir te echo de menos. Cuantas cosas nos perdemos en esta vida por no ser capaces de decir lo que sentimos en cada momento.
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